lunes, 10 de junio de 2019

A donde el corazón se inclina, el pie camina.

Tibieza fina, suave olor.
Un gorjeo húmedo, una caricia tierna, un susurro dulce.
Un suspiro difuso, y tu caligrafía, huidiza, siempre inclinada... como tú, como tu pelo, como tu mirada.
Siempre inspiras mis palabras, en la distancia te mantienes perenne, en la nostalgia, impoluto... como tú, como tu piel, como tu voz.
Y siempre permanecerás... renacerás y morirás en mi memoria, cada día, sin avisar... una sacudida, una leve sonrisa resignada... pero sonrisa. 




Elena Delgado.

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