lunes, 27 de noviembre de 2017

Frase preferida de Fernando Savater...


"La vida de cada humano es irrepetible e insustituible: con cualquiera de nosotros, por humilde que sea, nace una aventura cuya dignidad estriba en que nadie podrá volver a vivirla nunca igual. Por eso, cada cual tiene derecho a disfrutar de su vida del modo más humanamente completo posible, sin sacrificarla a dioses, ni a naciones, ni siquiera al conjunto entero de la humanidad doliente".

En mi libreta

Esta noche comparto con vosotros una reflexión escrita durante uno de los muchos trayectos que realizaba en tren cuando vivía en Alemania. 
En retrospectiva me doy cuenta de que me encantaba ir en tren, porque encuentro una correlación bastante bonita entre viajar en tren y mis estados de ansiedad: cuando viajo en tren (o en cualquier medio de transporte), me muevo de un punto a otro, estoy en proceso de cambiar de lugar, y verdaderamente me muevo, estoy en acción. Para las personas ansiosas esto supone (por lo menos para mí es así) un estado de serenidad, porque en nuestra cabeza hacemos varias cosas a la vez, pensamos en varias tareas que teníamos que haber realizado, que tenemos que realizar, que vamos a realizar, y al mismo tiempo surgen las críticas y el autoboicoteo por no poder concentrarnos en la que estamos realizando en ese mismo momento... es bastante agotador.
Pero, para mí, cuando viajo ya estoy realizando una tarea digamos de forma pasiva y puedo concentrarme muy bien para escribir...

Basta de dejar al miedo

bloquear mi creatividad

Tantos años de escuela sólo han provocado esta
incapacidad

Tanto rechazo al fracaso
que otros consideran
vergüenza
y ellos mismos califican dentro de sus propias ideas y concepciones

Basta de pensar en ser evaluada

y rechazada
como un trasto inservible

Quiero vivir acorde a mis propias
convicciones

Descubrirme a mí misma en ellas

Dejar de buscar la perfección,
sino la inspiración.

Y dejar lugar a la genuina creación


No detenerme a mí misma

por miedo a la opinión ajena

Dejar fluir mis capacidades


Mi propio ser


Navegar entre mis batallas


Pasear entre todo aquello que rechazo pero

aparece en mis sueños

No quiero ser mediocre.


Elena Delgado

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Una de las decisiones personales de las que me siento más orgullosa: ser vegetariana.

Ocurrió en abril. Londres. Estación central de White Chapel. Y yo sentada esperando a mi autobús para poder coger mi avión de vuelta a Hamburgo. Sándwich de pavo y humus. Realmente bueno a pesar de ser tan poco elaborado. Realmente rico, sobre todo por el detalle de que había podido tostar un poco el pan. Me gusta mucho el pan de molde tostado, pero no recién tostado, no... me gusta la textura que adquiere después de unas horas, y el sabor a quemado. Es una de mis muchas rarezas. Otra de ellas es tener instantes de "iluminación" donde suelo tomar decisiones un poco arrebatadas a veces, otras muy meditadas pero que me han tomado tiempo.

La decisión de dejar de tomar carne se encuentra en medio de esos arrebatos y esas meditaciones, porque desde hacía bastantes meses llevaba comiendo muy poca carne, apenas una vez a la semana, y casi nunca nada que no fuera pollo o pavo. Además, me encantan las verduras, las legumbres, los cereales y la fruta, así que tenía bastante espectro donde elegir. En fin y al caso: mirando mi sándwich de pavo detenidamente, decidí que aquella sería la última vez que comería carne, y así ha sido.

He de decir que no ha sido tan duro como creía que iba a ser (como siempre, el exceso de imaginación combinada con miedo a la opinión ajena se ceba conmigo), tampoco me he encontrado débil en ningún momento, ni ha sido especialmente doloroso ir a comer fuera y tener que reducir la gama de posibilidades... lo más duro ha sido la gente algo "pesaica" como decimos en mi región, que ha tratado de hacerme sentir mal, ignorante o influenciable por la tendencia (en mi región, en Alemania por ejemplo ya es un estilo de vida, no sólo una moda)  que (maravillosa y ejemplarmente) se ha ido haciendo de notar últimamente relacionada con la dieta sana, el cuidado hacia las intolerancias y alergias alimentarias y el consumo responsable (productos bio y eco, cantidades de comida en la dieta, envases respetuosos con el medio ambiente, etc). 

Muchas veces me quedo pillada hacia estas interpelaciones porque en mi mente no cabe la posibilidad de criticar a la gente mientras come lo que realmente le sale de las narices o compra lo que le da la mismísima gana.

Sin embargo, si me siento responsable de poder informar a las personas de mi entorno sobre conductas que pueden reducir nuestro impacto medioambiental como el reciclaje, la reducción del consumo desmesurado tanto de alimentos como de cualquier otro producto, las posibilidades del transporte público o de lo bueno que es andar escuchando algo de música o la radio (sí, ¡la radio! ¡"nuevo" descubrimiento! No es sólo cosa de gente anciana...), O DE NO TIRAR LAS COSAS AL SUELO. Que esto, sincera y verdaderamente, "me lleva los demonios".

Lo veo como una responsabilidad y una obligación, a pesar de que algunas veces me cuesta poner en juego mi imagen frente a los demás, pero pongo en una balanza ésta y lo mucho que le debemos a la naturaleza y al medio ambiente, lo maravilloso que es y la cantidad de barbaridades y castigos que le imponemos, que realmente me da igual que muchas personas me vean como una "sabelotodo repelente" o una "econazi", como me llamaban cariñosamente mis amigos. 

Merece la pena si con eso puedo contribuir a lo que verdaderamente pienso que es LO MÁS IMPORTANTE, AHORA  Y SIEMPRE: LA NATURALEZA. Tanto la fauna, como la flora, como el clima y los espacios naturales SON LO MÁS MARAVILLOSO QUE TENEMOS y a lo que acudimos cuando necesitamos calmarnos, reconectar con nosotros mismos y respirar. Y LO ESTAMOS DESTRUYENDO. CADA SEGUNDO, A UN RITMO VERTIGINOSO. Y estamos llevando al planeta al COLAPSO.

Respecto a esto aquí os dejo una entrevista muy interesante de un intelectual muy puesto y crítico con todo este tema a parte de con muchos otros: Jorge Riechmann - http://cartagenapiensa.es/jorge-riechmann-cambio-climatico-sintoma-la-enfermedad-capitalismo/

Y bueno, ahora estoy currando de camarera en un restaurante y me entran verdaderas ganas de llorar al ver la cantidad de comida que tiramos y tengo que hacer acopio de todas mis fuerzas para no comerme las patatas fritas que la gente tira por puro capricho. 

Os invitaría a todos a reflexionar un poco acerca de todo esto.

Cambiar los hábitos no es imposible. Recuperar la naturaleza que estamos destruyendo por preferir nuestra comodidad y bienestar (aparente, por dentro cada uno está como ésta...) sí. 

PD: Otro "regalico" ;)

http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Causa-transversal-mujeres-mueven-mundo_6_696490365.html

"Como nieta de esclavos africanos, conocía bien cómo era vivir bajo el imperio de la brutalidad del racismo, la humillación y el maltrato. Por eso, no quiso reproducir esa experiencia con otros seres y rechazó formar parte de la opresión que ella misma había sufrido, negándose a consumir esclavos. Así se hizo vegetariana".


Elena Delgado.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Una de desmitificación...

Estas semanas he tenido la oportunidad de conversar en varias ocasiones con personas muy distintas sobre el mito del amor romántico, sus causas, consecuencias y manifestaciones avasalladoras, que se cuelan por todos los medios de comunicación: cuentos, novelas, películas, canciones, poemas, etc. 
Muy diversas opiniones, todas interesantes, todas con un punto en común: es dañino. 
Es un tema muy extenso, pero desde mi punto de vista y experiencia personal es extraordinariamente necesario que todos y cada uno reflexionemos acerca de nuestra propia concepción del amor, nuestras expectativas, exigencias, anhelos, ilusiones y prejuicios. 
Yo he tenido la suerte de contar en mi vida con varias personas que me han abierto el entendimiento ante tales engaños que se ceban con la figura femenina y aplastan a la figura masculina. 
Esta noche os dejo esta muy acertada apreciación de Sergio Sinay (http://www.lanacion.com.ar/1751976-el-amor-feliz) que llegó hasta mí a través de las redes, y ahora a vosotros.
¡Disfrutad!

"El amor feliz no tiene historia. Esto afirma el filósofo suizo Denis de Rougemont (1906-1985) en su clásico ensayo El amor y Occidente. Sólo el amor mortal es novelesco, continúa,y es el que está siempre amenazado por la imposibilidad, por la prohibición, por la distancia, por la finitud. 
El que se vive con el corazón en la boca. 
El amor pasión, en fin, en el que se muere a cada segundo. 
Ahí están Romeo y Julieta, Casablanca, Titanic, Los puentes de Madison, Love Story y tantas novelas y telenovelas para probarlo. Y, si no, basta con parar la oreja y escuchar diálogos y confesiones. 

Las personas que cuentan sus penurias, incertidumbres y agonías amorosas superan largamente en número a las que narran, sencillamente, su armonía, su compañerismo de pareja, su alegría por una vida en común que no está continuamente en crisis o amenazada. Y ante este panorama abundan las recetas para incentivar, renovar o reencender la pasión en la pareja. Hay casi tantas, o más, como las que prometen reducir el peso o postergar las arrugas.

Sin embargo, volviendo a de Rougemont, la pasión de amor significa una desgracia. En nuestros días otro filósofo, el francés André Comte-Sponville, explica lúcidamente por qué. En Ni el sexo ni la muerte señala que el amor pasión es puro Eros. Necesidad de posesión, de que el otro no se aleje ni un centímetro. Es echar de menos, es temor a perder y, por lo tanto, es arder en cada encuentro. Un amor que se basa en el deseo, pero el deseo no se colma nunca, por lo tanto nunca se es feliz, ya que la felicidad está emparentada con el logro. ¿Cuándo murió la pasión?, se preguntan algunas parejas. Cuando estuvieron seguros de tenerse. El amor pasión se basa en lo que falta o en lo que se teme perder, por eso su fuego pide más y más leña, hasta que ya no queda nada para quemar. Entonces, cuando la montaña rusa emocional da paso a la certeza, la calma, la posibilidad de prever, quienes han confundido amor con pasión caen en el tedio. Con la certidumbre y la convivencia muere el enamoramiento. Entonces es posible el amor.

¿No son acaso lo mismo? No. Uno es ilusión e inseguridad. El enamorado ama a quien cree amar, imagina cómo es su amado o amada, pero en verdad lo desconoce. Por eso teme perderlo, se aferra, busca la fusión que le dé seguridad, tiene miedo de que la llama se apague. El amor, en cambio, se forja en el tiempo, es conocimiento mutuo. Quien ama, ama al otro como es, no como lo quisiera. Y no sólo conoce a quien ama, sino que a través de esa persona ha aprendido a conocerse a sí mismo. Para sostener un vínculo sobre la única base de la pasión tiene que haber incertidumbre, carencia y peligro permanente. Todo lo que el amor viene a calmar. “En una pareja feliz escribe Comte-Sponville, cada una de las partes conoce a la otra muy bien, ¡y aun así la quiere!” Ese amor incluye confianza, amistad, autonomía, respeto. Todos ingredientes que alimentan una sexualidad gozosa, renovada, confiable, despojada de la angustia por la temida fugacidad.

Esto tiene menos que ver con Eros, aunque lo contiene, que con Philia, como nombraban los griegos al amor que no se centra en lo que falta, sino en lo que existe. Un amor que no necesita fusión, sino que se nutre de la alegría por la simple existencia del otro, del otro tal como es. Menos pasión, desde este punto de vista, no es menos amor, sino más. No se trata ya de fundirse en un lecho sino de acompañarse en una vida. Todo un desafío en estos tiempos de ansiedad, de obsolescencia programada (como la de la mayoría de los objetos que usamos), de brevedad, de impaciencia, de más presencia virtual que real. El desafío de darle historia al amor feliz".

Sergio Sinay

Elena Delgado

viernes, 17 de noviembre de 2017

“Es un buen libro aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho”. Amos Bronson Alcott.

El títutlo de la entrada describe perfectamente mi experiencia con el libro que me estoy leyendo actualmente. Su autor, de origen húngaro y nacido en 1934, Mihaly Csikszentmihalyi (http://www.pursuit-of-happiness.org/history-of-happiness/mihaly-csikszentmihalyi/) lo tituló "Flow:Una psicología de la felicidad". Lo escribió hace ya 27 años y en él hace una precisa descripción nada obsoleta de las causas de la insatisfacción que nos acosa en nuestra sociedad y qué podemos hacer ante ella.

La verdad es que llevo solo 112 de las más de 400 páginas, pero no quiero evitar la ocasión de recomendarlo, pues es raro que si un libro me gusta al principio después me decepcione:

Si bien algunas veces cuesta seguir el hilo de las explicaciones, la mayor parte del tiempo esto no sucede. Habla de una manera bastante afable, sencilla y directa de esta sensación que a muchos nos ha acosado alguna vez: parece que en lugar de avanzar, retrocedemos, y que a pesar de que deberíamos sentirnos de lo más llenos y afortunados debido a la gran cantidad de descubrimientos y comodidades, en demasiadas ocasiones nuestros días se tornan pesarosos, rutinarios, tristes... llegando a preguntarnos qué sentido tiene, en realidad, todo.
Bueno...encontrar una respuesta a eso es más bien difícil y ya entra dentro de un sistemas de creencias individual, pero sin penetrar en explicaciones de tipo teológicas este hombre consigue acercarnos a lo que podría ser la idea central para conseguir ser felices: vivir el presente tomando un control consciente de nuestra experiencia actual. 

Para los que quizá son un poco  escépticos con este tipo de libros que muchos apodarían de "autoayuda", bueno, os dejo el link para descargar y vosotros mismo juzgáis: https://www.lectulandia.com/book/fluir-flow/ (por cierto, esta web es bastante recomendable para descarga de contenidos de lectura, yo la utilizo bastante). 

¡Espero que lo disfrutéis tanto como yo! 
Os dejo una de mis partes preferidas hasta ahora:

"Las personas genuinamente felices son pocas y dispersas. ¿Cuántas personas que usted conoce disfrutan con lo que están haciendo, cuántas están lo suficientemente satisfechas con lo que les ha tocado en suerte, cuántas no se lamentan del pasado y miran hacia el futuro con confianza?

La falta de orden interno se manifiesta en una condición subjetiva que algunos denominan ansiedad ontológica o angustia existencial. Básicamente es un miedo a ser, un sentimiento de que no hay sentido en la vida y de que la existencia no vale la pena. Nada parece tener sentido.


Tradicionalmente el problema de la existencia ha sido enfrentado directamente por la religión, y un número creciente de desilusionados vuelven a ella escogiendo alguna de las creencias más comunes u otras variantes orientales más esotéricas. Pero las religiones sólo son intentos que han tenido un éxito temporal en manejar la falta de sentido de la vida; no hay respuestas permanentes(...). los que buscan consuelo en las iglesias existentes a menudo pagan por su paz mental con un compromiso tácito de ignorar lo que se sabe acerca de cómo funciona el mundo.

Y ¿por qué sucede esto a pesar de haber alcanzado milagros del progreso que no podríamos ni soñar, por qué parecemos más desamparados al enfrentarnos a la vida que nuestros antepasados menos privilegiados? La respuesta parece clara: mientras que la humanidad ha incrementado colectivamente sus poderes materiales cientos de veces, no ha avanzado mucho en términos de mejorar el contenido de su experiencia.


Para sobreponerse a las ansiedades y depresiones de la vida actual, los individuos deben independizarse del entorno social hasta un grado en el que no respondan exclusivamente en términos de sus recompensas o castigos. Para obtener esta autonomía una persona debe aprender a darse recompensas. 


Tiene que desarrollar la habilidad de encontrar diversión y propósito sin tener en cuenta las circunstancias externas. Este desafío es a la vez más fácil y más difícil de lo que parece: más fácil porque la habilidad para hacer esto está al alcance de todas las personas, y más difícil porque requiere de una disciplina y perseverancia que han sido algo escasas en todas las épocas y tal vez lo son más aún en el presente. Y antes de todo esto, conseguir el control sobre la experiencia requiere un cambio drástico de actitud sobre lo que es importante y lo que no lo es. 

Crecemos creyendo que lo que más cuenta en nuestras vidas es lo que va a ocurrir en el futuro. Los padres enseñan a sus hijos que si aprenden buenas costumbres ahora, cuando sean adultos la vida les irá mejor. Los maestros aseguran a sus alumnos que estas aburridas clases van a serles beneficiosas más adelante, cuando los estudiantes estén buscando trabajo.

La esencia de la socialización es hacer depender a las personas de los controles sociales, hacerlos responder de forma predecible a las recompensas y a los castigos. Y la forma más efectiva de socialización se consigue cuando las personas se identifican tan profundamente con el orden social que no pueden imaginarse a sí mismos rompiendo alguna de sus reglas. Al hacernos trabajar para sus objetivos, la sociedad se ayuda mediante poderosos aliados: nuestras necesidades biológicas y nuestro condicionamiento genético.

Los mensajes son muy diferentes, pero su resultado es esencialmente el mismo: hacernos dependientes de un sistema social que explota nuestras energías para sus propios propósitos. Aquí no cuestionamos que para sobrevivir, y en concreto para sobrevivir en una sociedad compleja, sea necesario trabajar por unos objetivos externos y posponer la gratificación inmediata. Pero una persona no tiene que convertirse por ello en un muñeco manejado por los controles sociales. La solución es liberarse de forma gradual de las recompensas de la sociedad y aprender cómo sustituirlas por recompensas que estén bajo el poder propio de uno. Esto no significa que debamos abandonar todos los objetivos que nos propone la sociedad; significa que además o en lugar de los objetivos con los que otros nos seducen, debemos desarrollar unos objetivos propios.

El paso más importante para emanciparse de los controles sociales es la habilidad de encontrar recompensas en los acontecimientos de cada momento. Si una persona aprende a disfrutar y a encontrar significado en la corriente incesante de experiencias, en el propio proceso de vivir por sí misma, el peso de los controles sociales cae automáticamente de nuestros hombros. El poder regresa a la persona cuando las recompensas dejan de estar delegadas a fuerzas exteriores a ella misma. Ya no es necesario luchar por objetivos que siempre están alejándose en el futuro y finalizar cada aburrido día con la esperanza de que tal vez mañana suceda algo bueno"




Elena Delgado.


Certezas

En esta tarde tardía, ya entrada la noche, como siempre me pasa... dejo por aquí un escrito de hace unas semanas que se me resbaló de entre los dedos y me dejó bastante bien sabor de boca... Espero que os guste.



Elena Delgado

martes, 14 de noviembre de 2017

Una de poesía...

Esta noche os regalo este poema, uno de mis preferidos, atribuido erróneamente a Neruda y correspondiente a una autora, Martha Madeiros (Brasil, 1961)

Muere lentamente

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

Martha Medeiros




Elena Delgado

lunes, 13 de noviembre de 2017

Lo que no decimos...

Esta noche quiero compartir en este espacio esta preciosa y muy cierta reflexión de más abajo.

A mí, personalmente, me parece que expresa en pocas palabras la causa de la gran cantidad de problemas que surgen en el área interpersonal: la autenticidad.

El decir aquello que sentimos en el momento que lo sentimos, el expresar con claridad nuestros deseos y necesidades, el sentirnos libres para abrirnos y mostrarnos como somos por medio del lenguaje es algo que ha estado y sigue estando casi prohibido llegando a ser calificado como una clara falta de educación y consideración hacia la otra persona.

Yo digo que no es tanto lo que decimos, sino cómo decimos lo que decimos y cómo nos afecta lo que no decimos.


“Las emociones no expresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y más tarde volverán de peor manera.” 
(Sigmund Freud)

El encontrarnos con personas auténticas, que nos hablen sinceramente y con respeto es algo bastante complicado actualmente debido al miedo al rechazo reinante.

Es un auténtico riesgo ser uno mismo o una misma.

Pero las consecuencias de no ser nosotros mismos y nosotras mismas no son sólo un riesgo, sino una patente realidad: no saber quiénes somos, pretender ser quienes creemos debemos ser... y al final no ser nadie.




"¿Sabes donde van las palabras que no se dijeron?

¿A dónde va lo que quieres hacer y no haces?

¿A dónde va lo que quieres decir y no dices?

¿A dónde va lo que no te permites sentir?

Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumulan en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos.

Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta. Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo. Lo que no decimos se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente.

Las palabras que no decimos se transforma en insatisfacción, en tristeza, en frustración.

Lo que no decimos no muere, nos mata.

Lo que no decimos se convierte en trauma, en veneno que mata el alma.

Lo que no decimos nos encierra en el pasado. Lo que no decimos se transforma en herida abierta".

(Anónimo)




Elena Delgado.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Eduardo Galeano: Espejos

Puedo afirmar que el libro que más me ha inspirado, sorprendido y enganchado este año ha sido el de "Espejos" (2008), de Eduardo Galeano (https://www.escritores.org/biografias/374-eduardo-galeano ).

Aquí os dejo alguna de las partes que si bien pongo aquí es porque no puedo copiar todo el libro, pues todas sus páginas son dignas de admiración:


Fundación religiosa del racismo
Noé se emborrachó celebrando la llegada del arca al monte Ararat. Despertó incompleto. Según una de las diversas versiones de la Biblia, su hijo Cam lo había castrado mientras dormía. Y esa versión dice que Dios maldijo a Cam y a sus hijos y a los hijos de sus hijos, condenándolos a la esclavitud por los siglos de los siglos. Pero ninguna de las diversas versiones de la Biblia dijo que Cam fuera negro. África no vendía esclavos cuando la Biblia nació, y Cam oscureció su piel mucho tiempo después. Quizá su negritud empezó a aparecer allá por los siglos once o doce, cuando los árabes iniciaron el tráfico de esclavos desde el sur del desierto, pero seguramente Cam pasó a ser del todo negro allá por los siglos dieciséis o diecisiete, cuando la esclavitud se convirtió en el gran negocio europeo. A partir de entonces se otorgó prestigio divino y vida eterna al tráfico negrero. La razón al servicio de la religión, la religión al servicio de la opresión: como los esclavos eran negros, Cam debía ser negro. Y sus hijos, también negros, nacían para ser esclavos, porque Dios no se equivoca. Y Cam y sus hijos y los hijos de sus hijos tendrían pelo motudo, ojos rojos y labios hinchados, andarían desnudos luciendo sus penes escandalosos, serían aficionados al robo, odiarían a sus amos, jamás dirían la verdad y dedicarían a las cosas sucias su tiempo de dormir.


Romanas
Cicerón había explicado que las mujeres debían estar sometidas a guardianes masculinos debido a la debilidad de su intelecto. Las romanas pasaban de manos de varón a manos de varón. El padre que casaba a su hija podía cederla al mando en propiedad o entregársela en préstamo. De todos modos, lo que importaba era la dote, el patrimonio, la herencia: del placer se encargaban las esclavas. Los médicos romanos creían, como Aristóteles, que las mujeres, todas, patricias, plebeyas o esclavas, tenían menos dientes y menos cerebro que los hombres y que en los días de menstruación empañaban los espejos con un velo rojizo. Plinio el Viejo, la mayor autoridad científica del imperio, demostró que la mujer menstruada agriaba el vino nuevo, esterilizaba las cosechas, secaba las semillas y las frutas, mataba los injertos de plantas y los enjambres de abejas, herrumbraba el bronce y volvía locos a los perros.


Hindúes
Mitra, madre del sol y del agua y de todas las fuentes de la vida, fue diosa desde que nació. Cuando llegó a la India, desde Babilonia o Persia, la diosa tuvo que hacerse dios. Unos cuantos añitos han pasado desde la llegada de Mitra, y todavía las mujeres no son muy bienvenidas en la India. Hay menos mujeres que hombres. En algunas regiones, ocho por cada diez hombres. Son muchas las que no culminan el viaje, porque mueren en el vientre de la madre, y muchas más las que son asfixiadas al nacer. Más vale prevenir que curar, y las hay muy peligrosas, según advierte uno de los libros sagrados de la tradición hindú: —Una mujer lasciva es el veneno, es la serpiente y es la muerte, todo en una. También hay virtuosas, aunque las buenas costumbres se están perdiendo. La tradición manda que las viudas se arrojen a la hoguera donde arde el marido muerto, pero ya quedan pocas dispuestas a cumplir esa orden, si es que alguna queda. Durante siglos o milenios las hubo, y muchas. En cambio, no se conoce, ni se conoció nunca, en toda la historia de la India, ningún caso de un marido que se haya zambullido en la pira de su difunta mujer.


El arte de la guerra
Hace veinticinco siglos, el general chino Sun Tzu escribió el primer tratado de táctica y estrategia militar. Sus sabios consejos se siguen aplicando, hoy día, en los campos de batalla y también en el mundo de los negocios, donde la sangre corre mucho más. Entre otras cosas, el general decía:Si eres capaz, finge incapacidad. Si eres fuerte, exhibe debilidad. Cuando estés cerca, simula que estás lejos. No ataques nunca donde el enemigo es poderoso. Evita siempre el combate que no puedas ganar. Si estás en inferioridad de condiciones, retírate. Si el enemigo está unido, divídelo. Avanza cuando no te espere y por donde menos te espere, lanza tu ataque. Para conocer al enemigo, conócete.


Epicuro
En su jardín de Atenas, Epicuro hablaba contra los miedos. Contra el miedo a los dioses, a la muerte, al dolor y al fracaso. Es pura vanidad, decía, creer que los dioses se ocupan de nosotros. Desde su inmortalidad, desde su perfección, ellos no nos otorgan premios ni castigos. Los dioses no son temibles porque nosotros, efímeros, mal hechos, no merecemos nada más que su indiferencia. Tampoco la muerte es temible, decía. Mientras nosotros somos, ella no es; y cuando ella es, nosotros dejamos de ser. ¿Miedo al dolor? Es el miedo al dolor el que más duele, pero nada hay más placentero que el placer cuando el dolor se va. ¿Y el miedo al fracaso? ¿Qué fracaso? Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco, pero ¿qué gloria podría compararse al goce de charlar con los amigos en una tarde de sol? ¿Qué poder puede tanto como la necesidad que nos empuja a amar, a comer, a beber? Hagamos dichosa, proponía Epicuro, la inevitable mortalidad de la vida.



Elena Delgado

"CARTA AL PADRE" DE AMOR HERNÁNDEZ

En esta entrada os dejo un texto que cayó en mis manos esperando a entrar en terapia... dudo que por casualidad. Espero que os conmueva tanto como a mí.



“A la sombra”. Amor Hernández, 2014
“No es necesario que alces la voz y que hagas como que no me vieras.
Ya no es necesario que arrastres los pies y mires para otro lado
No todo es tan fácil como me cuentas
Se enredó el destino, quizás sea demasiado tarde para nosotros”


"Ausencia de padre, carne de secta

La ausencia de padre en mi caso se materializó en un exceso de mi. En una niña “yopuedosola”, “yolohagotodo”, “nonecesitonada”. Una niña en búsqueda de la admiración para no sentir el dolor que me producía no poder admirar. Para no sentir el dolor de crecer a solas sin referencias, sin una mano a la que acogerse, sin alguien con quien discutir.
Una niña que se manda a sí misma, que se vigila, que se controla para no caerse. Que se martiriza con peligros absurdos como el que va a explotar una bomba si enciendo la luz. Me hice feliz, me hice a mí misma.
Mi padre se buscaba en mis ojos. Yo no podía buscarme en los suyos. Él tampoco tuvo padre.
No he sabido hasta hace poco lo que he echado de menos las discusiones en la mesa, discutir de política o de aritmética, los límites para transgredirlos, no solo alguien en quien apoyarme sino alguien con quien discutir porque le sé más fuerte que yo. Una necesidad profunda de que “alguienmepongaenmisitio”.
Crecí en un ambiente de Tú o Yo. No de nosotros. Un exceso de dictadura por un lado (lascosassehacencomoyodigoypunto) y un exceso de ausencia en el otro. Y así me hice a mí misma. O las cosas son como yo digo o no me valen. Eso me deja absurdamente sola, en un lugar de superioridad que me aleja, me distancia. La única forma de descansar es buscar un Tú para ser a su imagen y semejanza.
Así me sentí durante un tiempo, carne de secta. Me trago lo que me dice una autoridad y lo llevo a cabo sin pensar, es por hambre de amor que nunca llega. Porque al final el que yo buscaba era el de mi padre.
El único camino ha sido enfrentar la ausencia de padre y cuestionar al dictador que llevo dentro. Mirar el agujero que dejó y sentir y descubrir mi necesidad no satisfecha, frustrada.
Eso me hizo bajar a los infiernos, a la oscuridad. ¿Quién soy yo en realidad? ¿Si miro a mi padre y veo el pobre niño padre que fue, puedo reconocer la pobre niña tonta que soy?


Necesidad de padre

¿Que es necesitar a un padre? Yo solucioné esta pregunta insensibilizándome y diciendo yononecesitonadadenadie. Los frutos de esta postura fueron la desconfianza, la falta de fe en la humanidad, la superioridad, la soledad, la dureza.
Yo no quiero esto para mi.
Me asomo al agujero, … y no veo nada.
Me meto en el agujero, resentimiento, resentimiento, orgullo, “quieroquelascosasseandeotraforma”. Detrás de esta frase está la necesidad. ¿Qué quiero?
A veces uno no sabe la sed que tiene hasta que no prueba el agua.
El encuentro con Claudio Naranjo como hombre materializó el contacto con mi necesidad. Hasta hace poco no le he podido reconocer humano. Ver su humanidad me devolvió la capacidad admirativa, me devolvió la esperanza.
Yo no quería un padre, yo quería un Dios. Alguien que me salvara de mis pecados, que se sacrificara por mí, que me hiciera el trabajo sucio. Yo no quería caminar por el desierto ni tocar con mi dolor. Yo quería tragarme una ley hecha por otro y cumplirla, y ser recompensada.
Y ahí me encuentro con hombres y mujeres que hacen su camino, que no me dicen cómo hacerlo sino que caminan y comparten lo vivido. Y me dicen: ¡vive!
¡Ay! Papá cuanto te he echado de menos.


El cielo protector

En las tradiciones chamánicas la tierra es la madre, y el padre es el cielo.
Yo no comprendía este significado hasta que contemplé la esfera de oxígeno que nos protege, a través de la que penetran los rayos del sol, y las nubes se extienden repartiendo agua.
Es el padre entonces el que nos da la vida, el que nos engendra, el que nos ilumina, el que nos da espacio para crecer, el que nos protege.
Si recupero también la sombra del padre, es el que nos manda las plagas, los tornados, las tormentas, las sequías, las hambrunas.
¿Y si lo llevo al hombre? El padre es el que nos engendra, el que se entrega a mi madre. ¿Y cuál es su función? ¿Qué necesito de él? Necesito su abrazo, su mirada, su palabra, su idea del mundo, su visión del mundo, sus ideales para seguirlos o para cuestionarlos, aceptar y honrar su elección.


Así que no me toca otra padre que honrar tu ausencia, tu elección de no hacerte cargo, honrarla y dejarla en ti y hacerme cargo de mí haciéndome padre de mi misma. Reconocer a otros que caminaron antes que yo, desarrollar mis dientes y masticar, digerir y desechar lo que no me haga bien, hacerme preguntas, escucharme, dudar, darme tiempo para crecer, tomarme de la mano y agradecer y respetar la Vida que me has dado". 





Elena Delgado

Educar, aprender... memorizar.


Empezar con esta entrada ha sido algo complicado para mí. Mis sentimientos, fruto de tantos años de educación formal, no son agradables. Más bien al contrario. 


Siempre atersoraré recuerdos hermosos, pero estos se hunden ante la autoimagen de la desesperación, la soledad y el tedio. 

Siento que tantos años de enclaustramiento bajo aquellas paredes, de horas muertas sentada, de aburrimiento mortal han matado poco a poco  mi creatividad, que ahora pugna por quitarse de encima todo el peso de las descalificaciones y las desilusiones.

Y no, los compañeros nunca fueron un problema. 
Lo fueron mis profesores.
Y de ellos, nuestro sistema educativo, que se empeña en hacernos creer una mentira. Una mentira que está tirando por el precipicio preciosos años desde la infancia hasta la adultez.
Años de descubrimiento, de energía, de emociones y sentimientos abrumadores y hermosos, de autodescubrimiento, de desarrollo de la identidad y la personalidad que se ven aplastados por la rigidez, la monotonía y la frialdad.
He de ser sincera, y muy a mi pesar decir que apenas si recuerdo algo de lo que memoricé en lo que fueron 18 años de escuela, instituto y universidad...¿No es acaso, descorazonador?

Porque no aprendemos, memorizamos, que es algo muy distinto. Y la memoria es selectiva, y pocos recuerdos pasan a la fase del largo plazo. Si no son útiles y prácticos, los desechamos.

Por ello, siempre que me encuentro hablando con alguien sobre educación, surgen en mis sentimientos diversos, pero los más patentes son la tristeza y la rabia. Por mí. Y por todas aquellas personas que se sintieron y sienten como yo y siguen siendo cómplices de este crimen.

Qué falta hace que nos enseñen, en esas 8 horas diarias, a desarrollar un pensamiento crítico, a conocer y manejar nuestras emociones, sentimientos, límites, potencialidades, deseos y miedos. 

Por supuesto el tener un conocimiento general es un cimiento indiscutible, pero el material de éste es tan barato que en cualquier momento se ve desquebrajado e inutilizado por la realidad de un mundo laboral y social exigente, cambiante y muy dinámico.

Aún así no pierdo la esperanza en la tendencia intrínseca del ser humano a una actualización hacia la mejora de sí mismo y por lo tanto de la sociedad.


Elena Delgado.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Alice Miller y el maltrato infantil

Estos últimos días (curso de filosofía y con unos amigos a punto de ser padres) he tenido la ocasión de recomendar la lectura de alguna de las obras de esta fantástica mujer: Alice Miller (http://www.alice-miller.com/es/).

He de destacar que incluso para mí, sin formación psicológica específica ha sido relativamente sencillo captar las ideas y afirmaciones de Miller en estas obras. 


"Su obra trata fundamentalmente sobre el maltrato infantil y sus efectos en la madurez, indirectamente abarca casi todos los campos del pensamiento, dotándolos de una nueva y asombrosa perspectiva nunca antes vista. Resulta vano hablar de desarrollo emocional, pensamiento positivo, amor universal o meditación si antes no exploramos con valentía la historia de nuestra infancia ni dejamos salir con lucidez el odio y la rabia que la mayoría tuvimos que reprimir —pero que inconscientemente desviamos en los demás— para ganarnos el afecto de nuestros padres, y que todavía en la madurez seguimos reprimiendo, ocasionándonos toda suerte de enfermedades físicas y mentales. Si las víctimas de una educación autoritaria no encuentran el valor de profundizar en su historia, de sacar su rabia mediante un profundo autoanálisis, seguirán proyectando su rabia contenida hacia personas sustitutorias"

Fuente: http://textosdealicemiller.blogspot.com.es/


De hecho, en algunos momentos ha sido abrumador debido a la cantidad de identificaciones personales de mi período infantil que he revivido y tenía que apartar la lectura por la intensidad de las emociones.

Por esto, y más que nunca, invito y aliento a leer a esta mujer, que aunque ya nos ha dejado físicamente nos regaló su magnifico genio a través de sus libros.


Os dejo una de mis partes preferidas:



"Hay que perdonar las injusticias padecidas, dice la religión: sólo entonces seremos libres para amar y quedaremos libres de odio. Esto es en sí mismo correcto, pero ¿dónde encontrar el camino hacia el verdadero perdón? ¿Puede hablarse de perdón si a duras penas sabemos lo que realmente nos hicieron y por qué nos lo hicieron? Y sin embargo en esta situación nos hemos visto todos cuando éramos niños. No podíamos comprender por qué nos humillaban, abandonaban y amenazaban […] Más aún, ni siquiera nos permitían darnos cuenta de todo lo que nos hacían, porque nos elogiaban esos malos tratos como medidas necesarias para nuestro bien. Ni el niño más perspicaz podrá captar semejante mentira si procede de los labios de sus queridos padres, quienes, después de todo, también le muestran otras facetas entrañables. Creerá que el tipo de tratamiento que le aplican es realmente correcto y bueno para él, y no les guardará rencor por ello. Solo que, cuando sea adulto, hará lo mismo con sus propios hijos para demostrarse a sí mismo que sus padres actuaron debidamente con él.

¿No es esto lo que la mayoría de las religiones entienden por respeto: castigar «amorosamente» al niño de acuerdo a la tradición de los antepasados y educarlo para que respete a sus padres? Pero un perdón basado en la negación de la verdad y que utiliza a un niño indefenso como válvula de escape, no es un perdón auténtico. De ahí que el odio no sea vencido por las religiones, sino más bien involuntariamente exacerbado. Al ser prohibido de manera drástica, el intenso odio infantil contra los padres se desplaza hacia otras personas o hacia el propio Yo, más no desaparece: todo lo contrario, gracias a la posibilidad -autorizada- de ser descargado sobre los hijos, acaba propagándose por todo el mundo como una epidemia. Por ello no debe sorprendernos que haya guerras de religión, aunque esto debiera ser, de hecho, una contradicción per se".



Elena Delgado.


Erasmus + : Servicio de Voluntariado Europeo

Junto con realizar el máster en terapia mencionado en la anterior entrada, una de las decisiones más importantes de mi vida fue la de lanzarme a hacer algo llamado "Servicio de Voluntariado Europeo", y siempre que hablo de él me deshago en alabanzas y recomendaciones. 


Es una oportunidad tan, pero tan increíble que me parece justo compartir con otras personas la información siempre que puedo.

Si eres joven entre 18 y 30 años y estás deseando tener una experiencia en el extranjero, de verdad, hazlo. Eso sí, con mucha cabeza y cuidado en los detalles... si elegimos cualquier país y organización siguiendo el impulso irracional de irnos, podemos arrepentirnos... he conocido mucha gente que ha cometido ese error y da mucha pena desaprovechar la ocasión de tener una vivencia de esta magnitud.

Si aún así tienes dudas, comenta en el post y hablamos.
Os dejo una de mis fotos preferidas de mi SVE en Hamburgo, Alemania. 


Elena Delgado

La Terapia Gestalt


No podía, ni en broma, dejar de mentar en este espacio al descubrimiento que realicé hace un par de años y que supuso un punto de inflexión en mi vida: La terapia Gestalt.

Mucha gente curiosa me pregunta : " y eso, ¿qué es? Tiene un nombre super raro". Ante la pregunta me encuentro muchas veces con necesidad de tomar aire... ¡¿qué no es la Gestalt?! 
Y así me encuentro de nuevo al intentar describirla brevemente. Por ello os dejo aquí una descripción realizada por un Docente de la Formación Gestalt, Pedro de Casso ( http://www.ciparhpsicoterapia.com/equipo-y-colaboradores/corredera-de-san-pablo/pedro-de-casso.html) donde he destacado lo más importante. Podría ser más corto pero eso significaría perder contenido valioso para entender el concepto de una manera completa.

Para mí ha sido, personalmente, un lugar de autoconomiento de vital importancia, un espacio donde he tenido la oportunidad de pararme y focalizarme, de "darme cuenta" de mí misma, de mis limitaciones y oportunidades, de mis necesidades no escuchadas y mis deseos más profundos. Me he sentido en todo momento acompañada por mi grupo, mis espejos, mis manos y pies, y por un terapeuta que dirigía siempre las dinámicas, pues se movilizan muchos elementos que una mano experta ha de saber guiar.

Aquí os dejo, sin embargo, algo más detallado y objetivo:


"Los preceptos de la Gestalt, que se podrían traducir en un estilo de vida, son:
1) Vivir el ahora, preocupándote por el presente.
2) Vivir aquí, relacionándote más con lo presente que con lo ausente.
3) Experimentar lo real, dejando de imaginar.
4) Sentir y observar, dejando a un lado los pensamientos innecesarios.
5) Expresar, no manipular, explicar, justificar o juzgar.
6) No rechazar el dolor, sino entregarte a el tanto como al placer.
7) No adorar a ningún ídolo, no aceptar otros mandatos o deberes que no provengan de ti mismo.
8) Responsabilizarte de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
9) Aceptarte como eres.

En palabras del propio Perls, “la terapia gestáltica, al enfatizar la conciencia de uno mismo y del mundo, se convierte en una forma de vida y de sentir que parte de la experiencia propia. Intenta integrar la personalidad fragmentada o dividida. Para ello se sirve de un enfoque no interpretativo que tiene lugar en el aquí y ahora”.


Si la Terapia Gestalt es ante todo, en palabras de Claudio Naranjo, la forma de hacer terapia originada por Fritz Perls, la pregunta acerca de las raíces de este tipo de terapia necesariamente nos remite a aquéllas en que pudo beber o inspirarse el propio Perls (1893-1970).

Los intereses del Fritz adolescente no se orientaban precisamente a lo teórico. Rebelde, enfrentado a la tradición religiosa judía familiar -que consideraba hipócrita-, y fascinado por su temprana experiencia teatral con Max Reinhardt, ve interrumpidos sus estudios de medicina, iniciados por compromiso frente a la presión paterna, para pasar por la terrible experiencia de las trincheras en la Primera Guerra Mundial. 

Graduado como neuropsiquiatra una vez terminada ésta, su espíritu inconformista, desencantado, y a la vez vitalista, le pone en contacto con la vanguardia del movimiento de la Bauhaus de Berlín. 

Aquí, entre una pléyade de artistas, poetas, arquitectos y pensadores disidentes, encuentra al filósofo neokantiano Solomon Friedländer, en cuya teoría sobre la "indiferencia creativa" -basada en la complementariedad de los opuestos y la existencia entre ellos de un "punto cero" de equilibrio- iba a encontrar Fritz, en sus propias palabras, "un antídoto contra mi confusión y extravío existenciales". Por esta época, no obstante, iba a acudir también en busca de solución a la que habría de ser su primera psicoanalista, y a la vez su primera introductora crítica al mundo del psicoanálisis: Karen Horney.

Los influjos se superponen. Por un lado, el de su tratamiento y ulterior formación psicoanalítica en Frankfurt, Berlín y Viena, de la mano de otros famosos analistas que le llevan a establecerse y mantenerse él mismo como psicoanalista ortodoxo por más de diez años, primero en Berlín y luego, huyendo de los nazis, en Sudáfrica, donde irá fraguándose su propia síntesis terapéutica. Particular importancia ejerció en él como terapeuta Wilhelm Reich, que habría de agudizar su conciencia de la importancia del cuerpo como factor de anclaje y expresión de los conflictos neuróticos.

Por otra parte, aún en Alemania, coincidiendo con sus inicios psicoanalíticos, resultará decisivo su contacto -sobre todo a través de Lore, su futura mujer- con la "Escuela de la Psicología de la Gestalt" de Frankfurt (Köhler, Wertheimer, Kurt Lewin...) y las conclusiones de ésta en el estudio de los mecanismos de la percepción. Según tales conclusiones, toda percepción sensorial es fruto de la interacción que tiene lugar entre los estímulos presentes en el medio y la "configuración significativa" (Gestalt) que de ellos hace el sujeto en un momento dado. Es decir, el sujeto no percibe lo que hay, la totalidad caótica de estímulos presentes ("fondo"), sino que los organiza selectivamente o destaca tan sólo aquello que en cada momento o situación le resulta significativo ("figura").
Estos psicólogos no pretendían utilizar sus investigaciones para fines terapéuticos, pero Perls, guiado por su agudo instinto práctico, rescataría más adelante como base de su futura terapia la idea de que toda vivencia psicológica humana (y no sólo la percepción sensorial) se estructura de esa misma forma interactiva entre el sujeto y lo que constituye su medio o entorno en cada momento. Organismo y medio forman, pues, un "todo", un campo interactivo. Y como en toda situación psicológica el medio lo forman otra u otras personas, las distintas personas implicadas en una situación configuran a ésta como conjunto significativo (Gestalt), en términos de figura y fondo, que resulta diverso para cada uno en función de sus respectivos intereses o necesidades del momento. De ahí la posibilidad de conflictos, pero también la posibilidad de soluciones armoniosas derivadas de la consideración de la totalidad del "campo". Toda Gestalt es dinámica, procede de una necesidad y tiende a satisfacerla. Por eso, cuando el organismo satisface su necesidad vuelve a un punto cero de equilibrio (coincidencia con Friedländer), hasta que la tensión surgida de una nueva necesidad vuelve a generar una nueva Gestalt de la situación en orden a satisfacer aquélla y alcanzar así un nuevo equilibrio dentro del ciclo permanente de "autorregulación organísmica" que caracteriza la vida. Cuando la satisfacción, por uno u otro motivo, no se alcanza, la Gestalt queda "inconclusa", y puede quedar en el individuo una energía interrumpida que a través de situaciones repetitivas busque más tarde su necesaria compleción.

Precisamente, para Perls, el eje de su terapia giraría, en primer lugar, en torno a una fe inquebrantable en la capacidad humana de "AUTORREGULACIÓN ORGANÍSMICA", a nivel individual y social (esto quiere decir fe en la capacidad "biológica" del organismo humano, individual o grupal, para traer al primer plano, directamente o a través de síntomas, la conciencia de la necesidad pendiente de satisfacción). En segundo lugar, y consecuentemente, basándose en el concepto dinámico operativo de "GESTALT INCONCLUSA", Perls orientaría su terapia a la detección y resolución en el presente de las "situaciones inacabadas" en la vida del individuo, en cuanto que están en el origen del estancamiento de su energía y, por tanto, de su neurosis.
De aquí que Perls acabara tardíamente por cambiar el nombre de su específica forma de terapia, a la que en un principio denominaba "Terapia de Concentración" (en los síntomas), y optara por darla a conocer como "Terapia Gestalt" (hacia 1950).

Aparte estos influjos, hay que añadir, todavía en la etapa alemana, algún contacto más episódico que sistemático con el movimiento existencial (Buber, Tillich, Scheler...) y con la fenomenología de Husserl. 
"Al menos me había compenetrado de una cosa: la filosofía existencial exige que uno tome la responsabilidad de su propia existencia", dice en su autobiografía, donde también califica a su terapia de "existencial" , al lado de la Logoterapia de V. Frankl y la terapia del Dasein de Binswanger. Rasgos existenciales de la terapia Gestalt son también concebir la relación terapéutica como una relación "Yo-Tú" (Buber), y el énfasis en el "aquí y ahora". La raigambre fenomenológica, presente ya en la misma Escuela de la Psicología de la Gestalt, se hace más patente aún en Perls con su insistencia en el desarrollo de la conciencia de lo obvio ("awareness", darse cuenta), sin interpretaciones, como vía de captación de la realidad, y en su alejamiento de todo interés por el inconsciente. Por cierto, Perls, que siempre admiró mucho a Freud, comenta en su autobiografía: "Estoy profundamente agradecido de lo mucho que me desarrollé oponiéndome a él".

De esta forma, Perls, poseedor de una mente poderosa, dotada de una fuerza lógica, crítica e integradora de primer orden pese a no ser ante todo un teórico, iba a adscribirse -más por olfato e instinto vital derivados de su propia personalidad y experiencia que como fruto de una trabajosa decantación intelectual- a las nuevas corrientes filosóficas de su tiempo (fenomenología y existencialismo, sobre todo), y también a la nueva física cuántica y relativista, separándose así de las corrientes cartesianas, asociacionistas y mecanicistas que dominaban la filosofía y la ciencia en el cambio de siglo y que estaban en buena parte en la base de toda la concepción psicoanalítica freudiana.
La síntesis personal de Perls, que empezó a tomar cuerpo tardíamente (con casi 50 años), no dejaría de enriquecerse con nuevos aportes hasta en sus últimos años, lo que de por sí pone de relieve, además de su admirable vitalidad, la estrecha coherencia con su propia vida que presidió desde siempre su particular forma de trabajo terapéutico. Entre esos nuevos elementos, aparte primero la concepción holística de Jan Smuts (con quien trabó amistad en Sudáfrica) y el psicodrama de Moreno o los trabajos de Ida Rolf y Eric Berne, cabe destacar como más importantes, sobre todo, el contacto directo que tuvo con la filosofía oriental y la meditación Zen a lo largo de su estancia de dos meses en un "dojo" japonés. En los principios taoístas de integración de opuestos -Yin y Yang-, y la atención centrada en el presente y el valor del vacío propios del Zen, encontraría una confirmación amplificadora de posiciones ya anteriormente adoptadas por él en la misma dirección.

De esta forma, su enfoque terapéutico, firmemente encuadrado dentro del Movimiento de la Psicología Humanista o de Desarrollo del Potencial Humano surgido en California en los años 60 de la mano de Abraham Maslow, Alan Watts y Carl Rogers, entre otros, acaba asomándose así a la dimensión espiritual transpersonal, que estaba en germen en ese movimiento, trascendiendo con ello los estrechos planteamientos psicologizantes en que había estado inmerso en gran parte el mundo de la psicoterapia freudiana hasta el momento".


Pedro de Casso


Os dejo por aquí, además, información del sitio donde yo realicé mi formación:

Elena Delgado