domingo, 5 de noviembre de 2017

COMPUESTOS Y RODEADOS, CON INMENSA IGNORANCIA EXISTIMOS.

Es de día. El sol brilla entre las nubes viajeras, que, movidas por el aire, traen algo de fresco con su sombra. Y muchas caras en cuerpo pasan. Ojos vibrantes, cabellos que van y vienen, pieles de distintos colores, ropas de todos los tipos, tatuajes, besos, baile, vida. Todo se mueve a mi alrededor. Y pienso, otra vez, en la increíble belleza y complejidad de la vida, del hecho de que no somos muchas veces conscientes de cómo funcionan los procesos de nuestro cuerpo, el cual se mantiene vivo sin ningún tipo de esfuerzo desmesurado por nuestra parte, de cómo miramos estas pantallas sin tampoco conocer cómo es posible que de apretar una tecla salga en la pantalla la letra correspondiente, de cómo la tierra gira sobre un eje y de ahí parten las 24 horas del día que determinan nuestra existencia, las estaciones del año y de cómo éstas condicionan desde la existencia del equilibrio en la tierra de las plantas, los animales, el movimiento del mar, el frío y el calor, las lluvias, las sequías hasta el crecimiento de una flor.

Y yo, aquí sentada, contemplo y me admiro, y al mismo tiempo me muero de miedo y de tristeza al pensar en que muchas veces vivimos atemorizados y sin disfrutar de esa canción, de ese panecillo, de ese instante de brisa con olor a mar, tierra, vida.


Elena Delgado - Memorias de Hamburgo.




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