Hoy estaba comiendo con unos amigos, cuando todos se han ido a pagar y me han dejado sola en la mesa guardando los bolsos. Allí, delante de mí, estaba este cuadro, y justo buscando por Internet me lo he vuelto a cruzar.
Me gusta mucho. Hace poco estudié el tema de los colores cálidos y fríos. Este cuando es una muestra muy buena de ellos. Pero lo que más me gusta de él es su cielo estrellado. Es profundo de una manera muy sencilla, me traslada a una noche cálida en un café de París…
Todos los días Dios nos manda muestras de belleza, miles de ellas. El truco es que no siempre estamos receptivos debido a todo el ruido que llevamos, de las cosas “urgentes”, que no siempre son las importantes.
Buenas noches (aunque mi cielo esta noche esté cubierto de nubes, detrás hay miles de estrellas preciosas).
Noviembre 2016
Elena Delgado -Memorias de Hamburgo.

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